Usar o no usar tobillera tras un esguince de tobillo, esa es la cuestión.
Muchos de nuestros pacientes acuden a la consulta con esta duda y con diferentes ideas con respecto al uso de tobillera: ¿atrofia los músculos?, ¿evita que me vuelva a lesionar?, ¿me protege de alguna forma?, ¿qué tipo de tobillera es la mejor?
Intentaremos contestar alguna de estas preguntas en el siguiente artículo.

 

¿Reduce la tobillera el riesgo de volver a lesionarme?


El uso de vendajes funcionales, tobilleras u otro tipo de inmovilización están indicados en las fases iniciales de un esguince de tobillo, siempre dependiendo de el grado de la lesión (grado I, II, o III) y de la persona que sufre el esguince. No es lo mismo una persona aprensiva con un esguince de primer grado en la cual se pueden desarrollar fácilmente conductas de miedo y evitación, que en una persona con una personalidad distinta. En definitiva, la determinación del uso o no de vendaje o tobillera vendrá determinado al menos por tres aspectos:

  • Grado del esguince
  • Fase de recuperación en la que se encuentra.
  • Factores de riesgo de cronificación del paciente.

El objetivo del uso de tobilleras o vendajes funcionales, tiene como objetivo limitar parcialmente el estrés mecánico al que se ven sometidas las estructuras lesionadas, en este caso los ligamentos, con el fin de facilitar la recuperación del tejido, debemos tener en cuenta que un cierto grado de estímulos mecánicos favorecen la recuperación del tejido facilitando la reorganización del mismo, pero ¿debemos actuar igual ante un esguince agudo, que ante un esguince crónico o inestabilidad crónica de tobillo?

El uso de tobilleras en las personas que sufren inestabilidad crónica de tobillo o han sufrido esguinces repetidos, se ha investigado en diferentes estudios, la mayoría en población deportista como jugadores de fútbol, (1) en los que se observo, una disminución de la frecuencia de lesiones, en los jugadores que utilizaron órtesis semirígidas (un tipo específico de tobillera). Otros autores, también encontraron una disminución de los esguinces de tobillo en pacientes que utilizaban tobilleras (2), sin embargo, como mencionaba anteriormente, la mayoría de los estudios al respecto se realizan con población deportista que utiliza el vendaje o tobillera para su práctica deportiva o en las primeras fases del esguince, pero ¿está justificado el uso de tobillera para una vida diaria sedentaria en pacientes con inestabilidad crónica?
Personalmente considero que, aunque a algunos pacientes le puede aportar cierta seguridad, existen al menos dos causas para considerar insuficiente esta práctica como tratamiento único:
– una de ellas es que, el tipo de tobillera que utilizan normalmente no estabiliza en absoluto, suelen ser tobilleras tubulares que más bien parecen un calcetín y que aportan poco o ninguna soporte mecánico
– y la segunda es que les aleja del tratamiento activo que necesitan para mejorar.

 

¿Es suficiente el uso de tobillera para no volver a lesionarme?


El uso continuado de tobillera para pacientes con inestabilidad crónica de tobillo, no es suficiente para solucionar su problema, existen diferentes evidencias para soportar esta afirmación, una de ellas es, que los mecanismos que están implicados en la estabilidad de tobillo, no mejoran con el uso de una tobillera y la segunda es, que normalmente alejan al paciente del tratamiento activo que necesita.
Para responder más ampliamente a esta pregunta, vamos a describir algunos de los tratamientos que se han mostrado eficaces para mejorar la estabilización activa del tobillo.

Personalmente, considero fundamentales estos pilares para el tratamiento de la inestabilidad crónica de tobillo:

  • Valoración adecuada del problema.
  • Educación del paciente.
  • Movilizaciones articulares.
  • Control postural y propiocepción.
  • Fortalecimiento muscular.

 

Valoración adecuada del problema: Se realiza a través del razonamiento clínico que, mediante una forma de pensamiento estructurada, pretende llegar a un diagnóstico y plan de tratamiento a corto, medio y largo plazo basándose el los datos recogidos en la historia clínica.

Educación del paciente: Es una parte esencial de la terapia, ya que cuando el paciente tiene una idea clara de lo que le pasa y cuáles son los pasos a seguir, es más sencillo mantenerse firme en los procesos necesarios para su recuperación, evitando miedos, ideas preconcebidas, ideas equivocadas y frustración.

Movilizaciones articulares: El tratamiento funcional y las movilizaciones manuales, cuando son necesarias, han mostrado una vuelta a la actividad más rápida y una persistencia de los síntomas menor después de la lesión. Entre los 3 y 6 meses después de terminar el tratamiento, estas acciones permiten a los pacientes un rango de movimiento articular adecuado, lo cual facilita una óptima forma de caminar (3) (4).

Control postural y propiocepción: Algunos autores (5), (6) (7) relacionan la falta de control propioceptivo (capacidad para conocer la posición de nuestro cuerpo) con la inestabilidad crónica de tobillo, y defienden los programas de mejora de la propiocepción y el control postural, como esencial en el tratamiento de los esguinces recurrentes de tobillo, programas que además han tenido éxito en diferentes estudios (8) (9)

Fortalecimiento muscular: Es un pilar fundamental en el proceso de rehabilitación del esguince de tobillo, algunos autores (10), defienden que este tipo de ejercicios reduce el riego de volver a lesionarse, el objetivo de estos ejercicios es aumentar la capacidad y funcionalidad de los músculos que aportan la estabilización periarticular.

 

¿Atrofia los músculos el uso de tobillera?


No he encontrado evidencia en la bibliografía que soporte la afirmación de que el uso de tobilleras atrofie la musculatura. No obstante, yo opino que si usamos mecanismos estabilizadores pasivos cuando no es necesario, especialmente si son muy rígidos, privamos a los elementos estabilizadores activos de gran parte de los estímulos que necesitan para realizar su proceso adaptativo.

Personalmente, no considero positivo el uso de tobillera de forma continuada, excepto en los casos en los que se vaya a someter a la estructura a un fuerte estrés mecánico o exista una inestabilidad mecánica crónica.
Los mecanismos pasivos son totalmente ineficaces, salvo en las fases iniciales de un esguince o en las excepciones mencionadas anteriormente. No obstante, es fundamental analizar siempre y de forma totalmente personalizada: el grado del esguince, la evolución en el proceso de recuperación y las características propias del paciente, para establecer la conclusión.

 

Bibliografía


1. Surve I, et al. A fivefold reduction in the incidence of recurrent ankle sprains in soccer players using the sport-stirrup orthosis. Am J Sports Med. 1994;22(5):601-6.

2. GrossMT,etal.Theroleofanklebracingforpreventionofan- kle sprain injuries. J Orthop Sports Phys Ther. 2003;33(10): 572-7.

3. Ardevol J, et al. Treatment of complete rupture of lateral liga- ments of the ankle: a randomized clinical trial comparing cast immobilization with functional treatment. Knee Surg Sports Traumatol Arthrosc. 2002;10

4. Van der Wees PJ, et al. Effectiveness of exercise therapy and ma- nual mobilisation in ankle sprain and functional instability: a systematic review. Aust J Physiother. 2006;52(1):27-37.

5. Kristen A. et al. Ankle injuries and ankle strength, flexibility, and propioception in college basketball players. Am J Sports

6. Hertel, J. Functional Anatomy, Pathomechanics, and Pha- tophysiology of lateral ankle instability. Journal of Athletic Trai- ning. 2002;37 (4): 364-375.

7. Hertel J. Functional inestability following lateral ankle sprain. Sports Med. 2000;29(5):361-71.

8. Eils E, et al. A multi-station propioceptive exercise program in patients with ankle inestability. Med Sci Sports Exerc. 2001; 33(12):1991-8.

9. Clark VM, Burden AM. A 4-week board exercise programme improved muscle onset latency and perceived stability in indivi- duals with a functionally unstable ankle. Physical Therapy in Sport. 2005;6(4):181-7.

10. Holme E, et al. The effect of supervised rehabilitation on strength, postural sway, position sense and reinjury risk after ac- tue ankle ligament sprain. Scand J Med Sei Sports. 1999;9(2): 104-9.

 

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