Copyright Ander Ibarra, 2019-02-14
Introducción
La boca y la zona cervical (el cuello) están implicadas en muchas patologías que son motivo de consulta frecuentes. A veces la relación es evidente para quien padece, pero a menudo no es así. Vértigos, mareos, acúfenos, tínnitus (pitidos o zumbidos agudos o graves), cefaleas (dolores de cabeza) de diversa índole, dolores y chasquidos de la articulación temporomandibular, bruxismo… en todos ellos es frecuente que estén implicadas tanto la boca como la zona cervical, y es necesario abordar ambas para que el cuadro mejore de manera clara.
¿Por qué puede influir la boca en mis vértigos, mareos, dolores de cabeza o pitidos en los oídos?

Imagen 1 – Boca y mandíbula (Netter, 2ª edición, pp. 5 y 49)
La boca tiene una parte más fija, formada por maxilares, palatinos y dientes (imagen 1) y otra más móvil, formada por la mandíbula. El eje del movimiento sobre el que movemos la mandíbula lo determina su punto de apoyo, es decir, la articulación temporomandibular, que está situada entre el hueso temporal (bajo la raíz de su apófisis cigomática) y los cóndilos articulares de la mandíbula. El hueso temporal (imagen 2), además, contiene en su porción petrosa el oído interno (imagen 3) , donde se alojan receptores clave de la audición y el equilibrio. Además, la escama del hueso temporal forma parte de las paredes del cráneo.

Imagen 2 – Hueso temporal (vista inferior) y su porción petrosa (vista medial)
Es sencillo, entonces, visualizar cómo un aumento de la presión a nivel de la mandíbula puede repercutir ‘en cascada’ en otras funciones del Hueso Temporal. Si las tensiones repercuten en la función de los conductos semicirculares (equilibrio) podemos entender la aparición de mareos o vértigos, si es afectada la función coclear (audición) pueden aparecer alteraciones auditivas como acúfenos o tinnitus; si afecta a la parte parietal de la escama y la musculatura puede haber dolores de cabeza.

Imagen 3 – Oído interno, los conductos semicirculares y la cóclea (caracol) en color morado
¿Cuál es el papel del cuello en todo esto?
La relación entre el cuello y la boca es íntima. Por ejemplo, cada vez que abrimos la boca, activamos la musculatura cervical de manera sinérgica y en función del espacio que debamos generar para la apertura bucal (si abro grande, más activación muscular). Otro ejemplo de la relación entre ambas es nuestra reacción natural ante los estímulos que nos generan ansiedad, tensión o stress: tensamos los músculos de la boca y cuello de manera involuntaria.
Hay estudios bastante amplios que demuestran que la prevalencia de problemas temporomandibulares es mucho mayor en la población con problemas cervicales que en los individuos que no padecen problemas cervicales[i]
¿Cómo podemos resolver estos problemas?
Para empezar, debemos detectar cómo se ha generado la problemática del paciente. Es decir, la lógica es inversa (método inductivo vs. deductivo): primero, el paciente nos contará su problema y recabaremos los datos relevantes para formarnos una idea de cómo se ha podido generar el cuadro clínico actual. Esto nos dejará múltiples posibilidades (sistema vascular, sistema nervioso, aparato musculoesquelético, etc.). Después, debemos descartar las posibilidades que no son las causantes del problema, e idealmente quedarnos con una única posibilidad, que será la que trataremos antes de darnos un plazo para valorar la evolución del paciente. Es en este punto donde el cuadro que presenta el paciente nos orientará hacia un abordaje más temporomandibular, craneal, visceral o estructural (lo digo para dejar claro que el abordaje se debe decidir por cuestiones de idoneidad, no de gusto)
EVIDENCIA CIENTÍFICA
Cada vez hay más evidencia científica que nos ayuda a reforzar algunas prácticas y a descartar otras. No obstante, ésta es complicada de obtener y contrastar. Cada variable tiene que ser medida y evaluada por separado, y aquí hemos visto cómo una misma región puede estar implicada en infinidad de variables. Además, la manera de llegar al diagnóstico implica que el tratamiento idóneo para cada persona varía, aun cuando el motivo de consulta fuera el mismo.
Os dejo un artículo científico que publiqué en 2017 en la web de la Sociedad Europea de Medicina Osteopática (SEMO) para que veáis qué tipo de evidencia podemos obtener y cómo la podemos obtener. También puede servir para que comprobéis la dificultad de obtener grandes cantidades de evidencia en una disciplina, como es la osteopatía, que maneja muchas variables simultáneas a la hora de resolver cómo se debe tratar a un paciente.
Este es el enlace al artículo:
https://semosteopatia.files.wordpress.com/2017/07/ander-ibarra-revisiocc81n-sistemacc81tica.pdf
[i] Ciancaglini R, Testa M, Radaelli G. Association of neck pain with symptoms
of temporomandibular dysfunction in the general adult population. Scandinavian
journal of Rehabilitation Medicine, 1999; 31(1):17-22.
Hola! Me gustaría saber más sobre bruxismo y cómo este efecta el equilibrio! Consejos. Gracias.
Hola Virginia. Como dice el artículo, el hueso temporal tiene que ver con la masticación (mediante la ATM o articulación temporomandibular), con la audición (cóclea o caracol) y con el equilibrio (aparato vestibular: utrículo, sáculo, conductos semicirculares). El correcto funcionamiento de todo se basa en guardar un delicado equilibrio. La mejor manera de explicarlo es con un ejemplo: imaginemos que el hueso temporal funciona como un columpio. Si a cada lado de ese columpio tenemos a un niño de 20 kg, es fácil que puedan coordinarse bien y llevar el columpio a su lado cuando lo necesiten. En cambio, si en un lado tengo un niño de 20 kg y en el otro uno de 100, ambos verán su manejo del columpio afectado, y el conjunto no funcionará bien. En este caso con bruxismo, puedes desarrollar dolor mandibular, tinnitus, mareos, vértigos… El mejor consejo que te puedo dar es que te lo hagas mirar por un profesional cualificado, y a partir de los hallazgos que haga te podrá dar consejos personalizados. En este enlace puedes encontrar uno en tu región: https://osteopatas.org/main.asp?pagina=mapa
Un saludo
Buenos dias. Me he sentido muy identificada con su artículo. Sufro todas estas dolencias (Vértigos, mareos, acúfenos, tínnitus, dolor ATM, contracturas cervicales, bruxismo, etc. ) y otras (dificultad concentración, apatía, etc.. ) derivadas de todo el tiempo que llevo con estos sintomas, 2 años muy mal.
He ido a multitud de especialistas médicos, osteopata, etc. En 15 dias empiezo tratamiento con férula. Es mi ultima esperanza. ¿cree usted que mejoraré? ¿que otras cosas podría hacer para mejorar? ¿algún tipo de ejercicio en concreto?
Buenos días, Encarni. Tu caso me parece muy interesante, pero es imposible responder a tus preguntas sin verte y valorarte. Para empezar, aunque conozco a muchos médicos, osteópatas y dentistas, solo confío a mis pacientes a unos pocos, aquellos en los que realmente confío por su conocimiento y buen hacer. Tu caso parece lo suficientemente complejo para requerir el mejor osteópata que puedas encontrar. De igual manera, probablemente solo hay un dentista a quien confiaría tu caso (te puedo facilitar su contacto por email si quieres, pero antes sería importante valorarte)
En principio confío en que puedas mejorar significativamente, pero a partir de ahí debo decir que todo depende de los signos que presentes, ya que no hay dos pacientes iguales. La mejora pasaría por descubrir qué otros factores hay detrás de tus síntomas (es posible que algo importante pasara hace dos años) y darles una respuesta adecuada. Los ejercicios también dependen de los hallazgos clínicos, es probable que tuvieras que empezar por algún ejercicio de propiocepción, contracción-relajación, movilización de las regiones afectadas, tal vez incluso algo palpatorio (por ejemplo, un automasaje) que te ayude a crear conciencia de la tensión que acumulas en ciertas zonas…
Espero que la respuesta te resulte útil de algún modo, necesitaría más datos para poder ayudarte mejor
Un saludo