Recientemente la prestigiosa revista JOSPT (Journal of sport and physical therapy) de la mano del Dr Todd Davenport, publicó una revisión de su guía clínica del 2013 sobre el tratamiento del esguince de tobillo y la inestabilidad crónica de tobillo, en esta nueva guía del 2021, realizan algunas nuevas recomendaciones sobre la prevención, valoración y tratamiento de los esguinces de tobillo.
Posiblemente, te preguntarás que es una guía clínica, pues bien, se trata de una recopilación y revisión de la literatura científica, con el fin de realizar recomendaciones a los profesionales sanitarios para el tratamiento de las diferentes patologías, en el caso de la fisioterapia, patología neuro-músculo-esquelética.
Debemos tener en cuenta que una guía clínica no es un libro de recetas, es una serie de recomendaciones basadas en la evidencia científica, que el fisioterapeuta debe interpretar y ajustar al paciente, basándose en sus características y circunstancias.
La guía clínica es muy completa, y aborda desde la valoración del paciente, hasta el tratamiento de los esguinces de tobillo y la inestabilidad crónica, en este post nos centraremos en los factores de riesgo, que aumentan las posibilidades de sufrir un esguince de tobillo, y en qué podemos hacer a modo de prevención.
Factores de riesgo de los esguinces de tobillo
Cuando hablamos de factores de riesgo, nos referimos a características, o circunstancias del paciente que pueden aumentar el riesgo de sufrir un esguince de tobillo dentro de estos factores de riesgo podemos diferenciar algunos tipo:
- Factores de riesgo no modificables: Son factores sobre los que no se puede influir, como por ejemplo haber sufrido un esguince de tobillo con anterioridad.
- Factores de riesgo modificables: En estos factores de riesgo si podemos influir y pueden ser modificados, un ejemplo podría ser la fuerza de la musculatura glútea (podemos modificarla si entrenamos)
- Factores de riesgo extrínsecos: Estos factores de riesgo están relacionados por ejemplo con el tipo de trabajo o la superficie del terreno de juego, pueden ser modificables o no.
- Factores de riesgo intrínsecos: Estos factores de riesgo son propios del paciente, como su peso o su sexo, estos también pueden ser modificables o no.
¿Qué nos dice la guía clínica?
Según los estudios analizados, podemos decir que haber sifrido un esguince con anterioridad sería uno de los factores de riesgo más relevantes, además dentro de los factores intrínsecos no modificables, encontraríamos, ser de sexo femenino, y tener más edad, eso sí esta última está estudiada en deportistas de élite de futbol y baloncesto de entre 15 y 40 años.
En cuanto a los factores intrínsecos modificables, el rango de movimiento en flexión plantar disminuido con respecto al otro pie, la fuerza de la musculatura abductora de cadera y la disminuida capacidad funcional en diferentes test ( Star excursion test, multiple hop test, foot-lift test) pueden estar asociados con un aumento del riesgo de esguince de tobillo.
Los factores de riesgo extrínsecos que recoge la guía, están relacionados con el tipo de actividad deportiva y la superficie de juego, en cuanto al tipo de actividad los deportes de cancha, como baloncesto o volleyball, parecen tener una mayor incidencia, en lo referente al tipo de superficie no parece existir diferencia entre jugar en césped natural o artificial.
Este tipo de estudios y recomendaciones, nos sirven para identificar pacientes que pueden tener más riesgo de lesión, y poder poner las medidas adecuadas para prevenirlos en la medida que sea posible.
Prevención para esguinces de tobillos
La prevención en el mundo de la salud es una de los principales objetivos de estudio, ya que es mucho más rentable tanto para el sistema como para el paciente desde el punto de vista de tiempo perdido y coste económico, es decir, es mucho mejor evitar una lesión, que tener que recuperar a un paciente .
Especialmente en el mundo del deporte de élite perder un jugador durante un largo periodo de tiempo puede suponer un alto coste económico y de rendimiento del equipo, debido a esto, se realizan estudios para identificar aspectos importantes en cuanto a la prevención de esguinces de tobillo.
¿Qué recomendaciones nos hace la guía clínica respecto a la prevención de los esguinces de tobillo?
Uso de tobilleras: Se recomienda el uso de tobilleras, tanto para prevenir un primer esguince, como después de haber sufrido un esguince. En el caso de haber sufrido un esguince, el uso de tobilleras debe ser acompañado de un programa de rehabilitación y ejercicio progresivo, basado en las características del paciente y las necesidades de éste respecto a su práctica laboral o deportiva.
Ejercicio terapéutico: El ejercicio terapéutico, enmarcado dentro de un programa de rehabilitación enfocado en el paciente, es una recomendación desde el punto de vista de la prevención tras haber sufrido un primer esguince, tanto en la fase aguda como en la post aguda.
Movilización precoz: Se recomienda la movilización precoz y la carga temprana para evitar posibles disfunciones del tobillo derivadas de la inmovilización excesiva, es decir, cuanto antes se pueda mover y pisar dentro de las posibilidades del paciente y acorde con el grado de lesión mejor.
Otro aspecto a tener en cuenta, en cuanto a la prevención, sería intentar identificar posibles factores de riesgo modificables en nuestros pacientes con el fin de intentar influir en ellos de forma positiva.
Recuerda que este artículo no es una recomendación médica, es solo un comentario sobre algunos de los aspectos mencionados en la guía clínica de JOSPT de 2021.
Si has sufrido un esguince de tobillo, acude a un Profesional sanitario Osteópata o Fisioterapeuta colegiado para que valoren o realicen el tratamiento de tu esguince de tobillo en Bilbao.